El concepto detrás de Island Table explora la modularidad y versatilidad de formas que se adaptan a diferentes configuraciones espaciales. Al igual que un archipiélago, donde cada isla tiene su propia identidad pero está conectada a un grupo mayor, esta pieza permite múltiples composiciones, creando escenarios dinámicos dentro del entorno.

Cada tapa, tallada en piedra, tiene una textura rica y natural, que recuerda el desgaste de las rocas moldeadas por el tiempo. El diseño fluido y la variación de alturas entre las mesas refuerzan la sensación de movimiento y permiten diferentes disposiciones: juntas, crean un conjunto cohesionado y llamativo; separados, se convierten en elementos independientes que interactúan entre sí. La Mesa Isla traduce la relación entre individualidad y colectividad en el diseño, convirtiéndose en un elemento vivo dentro del entorno.